Archivo de etiquetas| envidia

Motiva saber que el premio al que logre tumbar al otro sera el placer de oler y besar sus pies

¿Dos sumisos, doble diversión? ¡Claro que sí! Tener un esclavo a tu servicio es bueno, pero tener dos es aún mejor, porque además de que puedes dividir tareas, se involucran otros factores entre ambos sumisos, también motivo de diversión.

Se dice que cuando un esclavo sirve a dos dueñas, con alguna queda mal. Yo diría que cuando dos esclavos sirven a una dueña, alguno queda mal. Se quiera o no, en muchas relaciones (o simples sesiones) de dos sumisos y una Ama, tiende a haber cierta competencia, celo o hasta envidia.

Puedes ordenar a ambos besar tus pies, y cada uno tratará de que te sientas lo más satisfecha posible, se esmerarán en hacerlo bien, pero luego, tratarán de hacerlo mejor que el otro. Esto ocurre principalmente cuando a ambos se les da la misma tarea. Limpiar tus zapatos, barrer, etc. Ayuda más si tú misma plasmas esa competencia, señalando que uno lo hiso mejor que otro. ¿Es buena esta competencia? En mi experiencia sí, siempre y cuando la sepas llevar. Me encanta ver como compiten, y a su vez sufren, sobre todo cuando les doy tareas difíciles, tediosas o hasta dolorosas.

También puede ocurrir que a un sumiso le des tareas de hogar (barrer, trapear, lavar la ropa, etc.) mientras al otro le asignas labores de para tu atención personal, como masajearte o adorarte los pies, o simplemente ser tu banquillo de pies mientras te relajas viendo el televisor o usas tu computadora. Al sumiso que está haciendo el quehacer es muy probable que le surja cierto recelo o envidia, ya que el otro prácticamente está disfrutando al pie de su Ama, mientras él está lejos de su ella. Algunos incluso se desesperan, y comienzan a hacer rápido las labores para estar lo más pronto posible postrados ante su Dueña, sin embargo, al hacer esto es posible que cometan errores, como dejar algo sucio, u omitir algún rincón. Es más divertido aun cuando la Señora se da el tiempo de inspeccionar, y encuentra (incluso deliberadamente) imperfecciones en la tarea del siervo, y además de obligarlo a repetir la tarea (ampliada), incluirá desde luego un severo castigo, lo cual incrementará ese recelo y envidia. Al final del día el “buen esclavo” fue el que la hiso de banquillo para los pies de su Ama, sin esfuerzo ni cansancio, mientras que el otro, fue incluso hasta castigado.

Precisamente cuando hay al menos dos sumisos, la tortura es principalmente psicológica. Sin embargo esto se da sólo en “sumisos superficiales”, o en el mejor de los casos, “sumisos por vocación primerizos”, ya que un verdadero esclavo, está consiente que lo más importante es servir a su Dueña, así que no importa que haga o no el otro siervo, el sabe que está haciendo feliz a su Señora con cumplir a cabalidad sus mandatos. Además, el verdadero sumiso, ya entiende que él no importa, lo único importante es la felicidad y satisfacción de ella, así que si otro sumiso aparece, será mejor para su Ama, y por lo tanto mejor para él, y encontrará así, en el otro esclavo, un aliado para hacer aún más feliz a su Dueña.

Hace un poco más de un año, tuve durante algunos meses, dos sumisos de pila. Uno era el sumiso actual, al que poseo desde casi tres años (lo llamo “sumiso de pila”, es el que bajo mi mandato administra este blog), y el otro era mi novio. En cuanto conocí al que sería mi novio, demostró conducta sumisa, desde el principio fue muy cordial y servicial, desde el primer día noté que me hablaba con mucho respeto, y constantemente veía mis pies. Me di cuenta que era fetichista de pies, y por lo dócil, que sin duda sería un buen sumiso. Cuando se animó a declararme sus intenciones conmigo (aún no había ido a mi casa, por lo que no sabía de mi otro esclavo), me dijo que quería que fuera su novia. Yo, comprendiendo lo dócil y pasivo que era, le dije con mucha autoridad: – Me reúso a ser tu novia. Pero estoy dispuesta, en cambio, a ser tu Ama. Al principio se quedó mudo y atónito. Luego de unos segundos, rompí el tenso silencio y le dije: – ¿Qué esperas para arrodillarte y besar mis pies? Aunque estábamos sentados en la banca de un parque público, no dudo en tirarse al suelo, y de rodillas comenzar a besarme los pies con gran pasión y frenesí. Luego de unos minutos, le ordené que me llevara a mi casa, donde conocería a su compañero, lo cual le generó mucha incertidumbre y dudas.

Al principio estaba algo receloso, ya que como “novio sumiso” esperaba “exclusividad”, jamás se hubiera imaginado que ya tenía otro siervo en mi casa. Sin embargo las diferencias se hicieron evidentes, con él, como “novio”, si tenía relaciones sexuales, claro, muy a mi manera, pero si había intimidad, mientras que con el otro sumiso no (con el de pila). Así que no hubo problema por eso, mi novio sumiso y mi sumiso de pila, comprendieron pronto cada uno su papel. Sin embargo, el novio sumiso no dejaba de ser mi esclavo, y a ambos les daba tareas de sumisos. Prácticamente hacían lo mismo, la única diferencia era que con uno si tenía intimidad y con el otro no. Esto terminó beneficiando un poco al sumiso de pila, ya que con ayuda del otro, acababan más rápido las tareas del hogar, cosa que le hubiera tocado hacer sólo al de pila. Claro que en algunas limitadas ocasiones, dejaba al de pila haciendo el quehacer, mientras salía con mi novio sumiso (siempre me ha gustado salir a dar la vuelta y que me consientan).

Con dos siervos se pueden hacer cosas muy divertidas, algo que siempre he disfrutado es obligar a dos sumisos a tener sexo, ya que para ellos, “lo más degradante como hombre, es tener intimidad con otro hombre”, me llenaba de alegría ver como se les escurría hasta la última gota de dignidad, obligarlos a hacerse sexo oral y penetrarse. Desde luego mi sumiso de pila sólo podía ser penetrado (jamás lo dejo penetrar, desde el primer día que lo adquirí, quedamos que su único “genital” como sumiso sería su ano, se tenía que olvidar por completo de su pene), de hecho en los casi tres años que lleva siendo de mi posesión, nunca ha tenido una eyaculación vigorosa. En ocasiones de tanta penetración o cuando se éxito demasiado, se le escurre algo de semen, pero jamás lo he dejado tener una eyaculación “normal” (a chorro).

Deseché a mi “novio sumiso” cuando me propuso matrimonio, le dije que no me quería casar aún, que si su intención era servirme de por vida, podía servirme tal cual lo venía haciendo. Pero el insistió bastante en que quería algo “más formal”, y yo que soy un alma libre, no me ataré nunca, y menos con algo tan inferior. Simplemente me cansé de escuchar sus ruegos de nupcias, y literalmente lo deseché, le ordené salir de mi casa (así como estaba, desnudo, con un chastity y un plugin anal, así me gusta que estén mis esclavos en todo momento, en mi casa, dormidos o cuando salen), fue divertido verlo fuera de la puerta algunos días, sin moverse, resistiéndose a las miradas, asombro y risas de los caminantes y automovilistas. Lamentablemente para él, mí palabra siempre es final y definitiva, así que ya no le permitiría regresar ni siquiera como “novio sumiso” o “sumiso de pila”, había perdido su oportunidad, y peor aún, había querido “poseerme”. Luego de unos días noté que ya no estaba en la puerta, y no volví a saber de él.

En fin, es muy divertido tener dos esclavos, ya que se pueden hacer juegos y actividades que no serían posibles con uno sólo.

– Palabras de mi Señora y Diosa.